Los resultados de las investigaciones en las universidades de Duke (Estados Unidos) y Melbourne (Australia), realizadas en el cerebro de ratones de laboratorio, aseguran que en ambos procesos se activa y se estimula la misma zona de este órgano. 

 

"El apetito por la sal lleva millones de años y puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en muchas circunstancias", dice el texto, para luego señalar que esta ansia no se limita a los humanos y que algunos animales con falta de sodio son incluso capaces de arriesgar sus vidas por satisfacer esa necesidad. 

 

El nuevo hallazgo sugiere que una de las razones que hace tan difícil superar la adicción a las drogas es que la cocaína y los opiáceos derivan de plantas que estimulan los mecanismos fundamentales del cerebro para regular el apetito por la sal. 

 

Es posible que la investigación pueda conllevar a nuevos tratamientos para la adicción a las drogas con mayores posibilidades de éxito por no tener que pasar por la abstinencia pura, que tiene una alta probabilidad de fracaso. 

 

Sin embargo, los autores de este estudio lo ven solamente como una supuesta probabilidad, teniendo en cuenta que en la adicción a las drogas interfieren otros factores psicológicos que todavía se desconocen. 

 

Cabe mencionar que la excesiva ingesta de sal puede traer graves consecuencias para la salud. Un estudio realizado en 2011 demostró que reducir media cucharadita de sal al día reduce la cantidad de infartos cardíacos y cerebrales. Esto es similar a dejar de fumar, bajar de peso o volver a los niveles normales de colesterol. 

 

No obstante, dejar de consumir sal no es ni una decisión fácil ni algo personal, ya que el 80 % de este producto proviene de alimentos precocinados y del pan. Es por ello que hace falta la intervención de las autoridades y ejercer medidas preventivas a nivel macro estructural, para cambiar las costumbres de la sociedad y regular el consumo de sal entre la población.