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El Orientalismo británico es el primero y más antiguo conocido en Europa.
El Orientalismo británico es el primero y más antiguo conocido en Europa. La relación tiene una larga historia ya que los musulmanes estuvieron en Al-Ándalus y la luz de su civilización iluminó Europa que estaba, en ese momento, viviendo en la oscuridad. El comienzo de este orientalismo se originó de dos maneras. La primera fue a través de los eruditos árabes que fueron a Gran Bretaña muy temprano, como Ibrâhîm ibn ‘Izra de Toledo, que vino y enseñó en Londres (1158-1159). La otra fue mediante los eruditos que fueron a Al-Ándalus y Sicilia y aprendieron a manos de los maestros de la cultura islámica. De estos, puede mencionarse a Thomas Brown, Adelardo de Bath, Roberto de Chester, Daniel de Morley, Michael Scott y Roger Bacon. Todos ellos aprendieron la cultura árabe y tradujeron muchas escrituras árabes. Sin embargo, algunos de ellos – especialmente Roger Bacon – no atribuyeron múltiples descubrimientos a sus demandantes originales y se los atribuyeron a los eruditos occidentales en su lugar.
Más tarde, fue fundada la primera Cátedra de árabe en la Universidad de Oxford gracias al arzobispo William Laud y, a comienzo del siglo XVIII, se añadieron dos cátedras para árabe en las universidades de Oxford y Cambridge.
Ante la llegada de la época de la colonización, había necesidad de expertos para ser utilizados en conocer la forma de entender, gobernar, subyugar y cambiar las inclinaciones e identidades de los pueblos colonizados. Así, el movimiento del orientalismo floreció y ganó el apoyo de los gobiernos, y el proceso de estudios científicos y de campo se hizo más activo al reunir gran cantidad de manuscritos de países musulmanes, que fueron traducidos, estudiados, indexados, revisados y comentados. Esta actividad se incrementó con las visitas de expertos y orientalistas a estos países donde, en muchos casos, habían permanecido mucho tiempo.
En 1945, la Secretaría de estado británica para Asuntos Exteriores formó un Comité, presidido por el Conde de Scarborough, para estudiar los métodos y programas de enseñanza de las culturas y lenguas orientales y eslavas, incluidas las de Europa del Este. El Comité asignó subvenciones y soportes especiales para estos estudios, los cuales perfeccionaron el movimiento orientalista.
En 1960, se desarrolló un interés científico a través de la comisión que evaluó el progreso de la investigación a lo largo del período anterior, desde 1946 (es decir, el Comité de Scarborough). Recomendaron aumentar sus estudios de las regiones orientales a sitios geográficos, además de sus culturas e idiomas. También, fueron fundados departamentos más especializados en las universidades modernas principalmente interesadas en el estudio de las regiones orientales.
Fueron fundadas 56 universidades e institutos para enseñar la mayoría de las lenguas orientales. A las órdenes del Papa Clemente V, en la Academia de Viena (1311-1312), la Universidad de Oxford fundó una cátedra de lenguas orientales y, tres siglos más tarde (es decir, 1636), una cátedra para el idioma árabe fue fundada en la misma Universidad, por recomendación del Arzobispo Laud, como ya hemos mencionado. Estas cátedras se incrementaron con el aumento, florecimiento y desarrollo del movimiento orientalista.
En 1633, se fundó la primera Cátedra de árabe en la Universidad de Cambridge. Fueron fundadas muchas cátedras en varias universidades como las de: Londres, Durham, Victoria, Leeds, Gales, Sheffield y Bristol; por no mencionar los muchos institutos, universidades y departamentos fundados en países colonizados como Egipto, India, Pakistán y otros, en un momento cuando Gran Bretaña era un imperio “en el cual el sol nunca se ponía”.
Entre las bibliotecas británicas que contienen los tesoros culturales de Oriente, se puede mencionar la Biblioteca del Museo Británico, en Londres, la Biblioteca Nacional de Escocia, en Edimburgo, la Biblioteca Nacional de Gales, en Aberystwyth, y la Biblioteca de Archivo Indio, en Londres. Además de estas bibliotecas universitarias, está la Biblioteca Bodleiana fundada por Sir Thomas Bodley, un político británico, que contenía unos 800.000 libros y 41.000 manuscritos en 1940. Por otra parte, las bibliotecas universitarias de Cambridge, Londres, Durham, Manchester, Leeds y Liverpool, entre otras, están repartidas por toda Gran Bretaña.
Hay muchas bibliotecas de grandes sociedades, como la Biblioteca de la Real Sociedad Asiática y la Biblioteca de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera (es decir, Casa de la Biblia), además de muchas bibliotecas privadas[1].
Aquí, vamos a transmitir los testimonios de muchos de los más destacados eruditos británicos, algunos de los cuales adoptaron enfoques muy justos hacia el Islam, el Mensajero (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) y la civilización islámica. También transmitiremos testimonios de otros que, aunque fanáticos y prejuiciosos s, no pudieron evitar reconocer, en parte, el justo derecho del Islam, su Profeta (sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam) y su civilización.
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