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Es especialista en arte islámico, directora del Departamento de Historia y Arte en el Instituto Occidental de Cultura Islámica de Madrid, y luego directora del Departamento de Historia y Arte en la Fundación Occidental de Cultura Islámica
Es especialista en arte islámico, directora del Departamento de Historia y Arte en el Instituto Occidental de Cultura Islámica de Madrid, y luego directora del Departamento de Historia y Arte en la Fundación Occidental de Cultura Islámica. Supervisó dos exposiciones que enfocan el arte islámico en Toledo, 1987, y en Teruel, 1988.
Grandes frutos
Gómez afirma que el Islam -que había creado armonía e integridad entre dos civilizaciones contrarias, apoyándose en su pensamiento universal y la tolerancia de su concepto religioso, así como ayudándose de su inmensa creatividad y su distinguida inclinación a la experimentación y las pruebas- produjo importantes frutos en Al-Ándalus, que presenció la integración étnica y cultural más importante entre Oriente y Occidente. Añade que Córdoba en el siglo IV de la Hégira y el X d.C. -en el califato de ‘Abdur-Rahman III y Al Hakam II- era la capital política más brillante del Islam en aquel entonces, aparte de ser la más civilizada de Europa[1].
Reconocer el favor:
La misma autora sostiene que Occidente está en deuda con la civilización islámica por el conocimiento de los números, incluso el cero. Explica que estos números eran de origen indio y fueron transmitidos por un musulmán de origen persa (Al-Juarismi). Añade, también, que los musulmanes desarrollaron la ingeniería, estudiaron las posiciones y los movimientos de los cuerpos celestes y lograron muchos descubrimientos científicos y médicos, tales como: la circulación sanguínea menor, por medio del médico árabe Ibn Al-Nafîs en el siglo VII de la hégira y el XIII d.C.[2].
Artesanías musulmanas:
Margarita Gómez señala que los musulmanes se dedicaron a la producción de papel y seda, que aprendieron de los chinos, lo que condujo a la evolución revolucionaria de la economía industrial de los tejidos y libros, cuya producción alcanzó un alto nivel de sofisticación a tal punto que algunos de estos tejidos bordados de seda y manuscritos embellecidos con dibujos colorados siguen siendo conservados hasta el momento en nuestros museos, como se guardan las joyas y piedras preciosas[3].
Sobrepasaron a sus maestros:
La autora española destaca el hecho de que los musulmanes supieron cómo beneficiarse de los avances técnicos de las civilizaciones que se sometieron a ellos políticamente, como: la civilización romana-bizantina y la persa. Señala, también, que al mismo tiempo, supieron cómo darles a estos avances el toque de su genio particular de innovación y creación. De este modo, en muchos casos sobrepasaron a sus maestros, lo que resultó inmensamente beneficioso para Europa[4].
Letra de adorno:
Gómez dice que los artistas musulmanes dejaron un patrimonio de tradiciones en el arte de la cerámica sobre todo en Granada y Málaga. Esta última ciudad era famosa por la producción de la cerámica dorada y satinada en la época del mandato islámico. También, naturalmente, hubo intercambio cultural en el ámbito artístico a través de la imitación, de modo que la vestimenta oficial de algunos reyes cristianos fue bordada con escrituras en letra cúfica (invocaciones y aleyas coránicas), pensando que estas escrituras no eran más que adornos sin sentido[5].
También influencia social:
Margarita Gómez dice acerca de la influencia islámica en Europa a través de Al-Ándalus que dichas influencias sobrepasaron los límites de la transmisión académica y científica; ya que las mismas formaron factores muy importantes a nivel social, que fueron resultado de los mutuos contactos culturales en el marco de un sistema de convivencia entre los pueblos y las culturas, como pasó -indudablemente- en Al-Ándalus[6].
Pedro Chalmeta Gendrón:
Profesor en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad Francesa de París y profesor visitante en la Universidad de California. Tiene varios estudios islámicos y fue miembro del Centro Nacional Español de Investigación Científica, director del Seminario de Investigación Científica en Historia y del Seminario de Derechos y Economía en el Instituto Hispano-Árabe. También, es miembro de la Academia de la Historia de Iraq.
Entre sus obras: Kitab fi adab al-hisba (Libro del buen gobierno del zoco) de al Saqati (1969), El zoco medieval: contribución a la historia del Mercado (1973); Concesiones territoriales en el Al-Ándalus ( hasta la llegada de los Almorávides) (1973), Acerca de la conquista y los primeros ochenta años de historia de al-Ándalus (1991), y en colaboración con F. Corriente (Al-Muqtabas) el quinto tomo de Ibn Hayyân (1979), Formulario Notarial Hispano-Árabe [Al-Wazâ’iq Wa As-Siyil-lât de Ibn Al ‘Attâr] (1983), además de muchos estudios en español y francés sobre los diferentes aspectos de la España musulmana.
Un trozo de paraíso
Chalmeta señala que para los habitantes de los reinos cristianos del norte de la Península Ibérica, Al-Ándalus representaba un trozo de Paraíso y la Tierra Prometida[7].
Una economía potente:
Chalmeta afirma que si realmente queremos comprender el grado de riqueza de Al-Ándalus y su importancia, hay que recordar que su economía era autosuficiente y experimentó un crecimiento continuo a lo largo de tres siglos. Explica que durante 75 años a partir del año 400 después de la Hégira (1009 d.C.), Al-Ándalus fue capaz de sostener y financiar (involuntariamente)[8] el desarrollo de otra comunidad social parásita y extranjera, es decir: los países cristianos del norte, lo cual representa la mejor evidencia acerca de la realidad y la importancia de la economía de Al-Ándalus[9].
[1] Salmâ Al Jadrâ’ Al Yiûshî, Al Hadârah Al ‘Arabiah Al Islâmiah Fî Al Andalus (La civilización árabe-islámica en Al-Ándalus), Estudio de Margarita Gómez, bajo el título “Contribuciones culturales del mundo islámico en Europa a través de Al Ándalus”, 1478/2. [Citas traducidas de la traducción al árabe].
[2] Ibíd., 2/1479.
[3] Ibíd. 1480/2.
[4] Ibíd., 2/1480.
[5] Ibíd., 2/1480-1481.
[6] Ibíd., 2/1481.
[7] Salmâ Al Jadrâ’ Al Yiûshî, op. cit., estudio de Pedro Chalmeta, bajo el título de “Una imagen aproximada acerca de la economía de Al-Ándalus”, 1060/2. [Citas traducidas a través de la traducción árabe]
[8] Con eso se refiere a los grandes impuestos que Al-Ándalus pagaba al Reino de Castilla durante la época de las taifas. Estas sumas eran tan grandes que tuvieron gran influencia en el renacimiento de los cruzados y fortalecerlos para luchar contra los andalusíes y amenazarlos.
[9] Ibíd. 1060/2.
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