Short Description
Ciertamente, la ley islámica ha alcanzado la cumbre en la perfección y la precisión, y también ha logrado la máxima innovación
Ciertamente, la ley islámica ha alcanzado la cumbre en la perfección y la precisión, y también ha logrado la máxima innovación. Basta para describir esta legislación imparcial lo que dijo nuestro Señor en Su Libro en una de las últimas aleyas que fueron descendidas del Noble Corán [traducción del significado] {Hoy os He perfeccionado vuestra religión, He completado Mi gracia sobre vosotros y he dispuesto que el Islam sea vuestra religión.}, [Corán 53].
Esto quiere decir que la Práctica de Adoración (Din) es completa, no tiene defectos, y los dones son completos, no insuficientes. La ley islámica engloba todos los aspectos de la vida, sean pequeños o grandes, aclara sus preceptos e indica cómo debemos comportarnos en cada situación. Al-lâh, Ensalzado, Dice (lo que se traduce en español como) {No Hemos omitido nada en el Libro}, [Corán 638].
El Mensajero, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, en un Hadiz narrado por Al ‘Irbad Ibn Sâriah, que Al-lâh esté complacido con él, dijo Os he dejado sobre la vía clara, su noche es como su día, nadie se desviará de ella después de mi muerte, excepto un perdido.[1]
No cabe duda de que la vida de nuestro Mensajero fue una aplicación perfecta de todos los preceptos de la Shari'ah [la Ley islámica]. Por eso, su vida constituye para nosotros un ejemplo insólito que incluye todos los cambios que puede experimentar cualquier persona en general, ya sea individualmente, de manera colectiva, o la comunidad islámica en su conjunto.
El Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, se relacionó en su vida con todos los grupos con los que se espera que cualquier musulmán puede relacionarse, y pasó por todas las circunstancias que pueden acontecer a la comunidad islámica en general guerra, paz, riqueza, pobreza, épocas de poder y épocas de debilidad.
La vida del Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, constituyó un sublime y evidente milagro divino por el hecho de que acumuló, en tan sólo 23 años, todos los acontecimientos que los musulmanes pueden hallar en cualquier tiempo y lugar, de modo que se hizo patente la sabiduría divina en Su dicho [traducción del significado {Hay un bello ejemplo en el Mensajero de Al-lâh [de valor y firmeza en la fe] para quienes tienen esperanza en Al-lâh, [anhelan ser recompensados] en el Día del Juicio y recuerdan frecuentemente a Al-lâh.}, [Corán 3321].
El Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, reaccionó ante cada uno de los acontecimientos que le sucedieron de un modo único, siguiendo una tradición pura que nos brindó inestimables tesoros en el arte de tratar a los demás y la ética social. En cada aspecto de su vida destacó el factor moral, factor que influyó de un modo relevante en cada una de sus elecciones. Verdaderamente, todos sus dichos y hechos estuvieron impregnados de una moral sublime, de un fino civismo. Alcanzó la culminación y, sin exagerar, la cumbre de la perfección humana. Esto se deduce de su dicho He sido enviado para completar los buenos modales.[2]
Así, ninguna situación, acontecimiento, dicho o reacción suya estuvo privada del adorno de esas bellas virtudes, incluso en situaciones en las que es difícil imaginar que dichas virtudes pudieran desempañar un papel efectivo, como por ejemplo en la guerra y en la política, en el trato con personas injustas, corruptas, o con los enemigos de los musulmanes y los que estaban al acecho para perjudicarles.
Para las personas que tienen algo que ver con la política es realmente un dilema el hecho de tener que ajustar su comportamiento a un marco ético y humano. Sin embargo, el que ha estudiado la vida del Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, y ha analizado minuciosamente cada detalle, encuentra que este marco ético y esa disciplina moral es clara en cada una de las situaciones de su vida, sin excepción alguna.
Esto no habría de extrañarnos, pues Al-lâh describió su moral diciendo que era sublime. Dice Al-lâh en el Corán [traducción del significado {Ciertamente eres de una naturaleza y moral grandiosas}, [Corán 684].
Realmente, la sublimidad en la vida del Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, no tiene límites. Fue sublime exponiendo teorías y también aplicándolas. El Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, demostró que los elevados y ejemplares preceptos registrados en el Libro de Al-lâh (el Corán), son perfectamente aplicables, que se pueden llevar a la práctica, y que sirven para organizar la vida de todas las personas. Además, dicho Libro constituye una guía clara para quien desee sinceramente ser guiado. La vida del Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, es una traducción sincera de todos los preceptos divinos. La Madre de los Creyentes, la Señora ‘A’ishah[3], que Al-lâh Esté complacido con ella, acertó cuando describió la moral del Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, diciendo Su moral era el Corán[4].
¿POR QUÉ LUCHAN CONTRA EL ISLAM
A pesar de que su moral era sublime, y a pesar de que su noble vida quedó registrada en la historia, muchas personas niegan todo eso y lo desmienten. Incluso llegan a superar la etapa de la simple refutación y el rechazo, llegando a insultarlo, calumniarlo y difamar en su contra.
A veces nos quedamos asombrados y perplejos ante estos grupos hostiles al Islam, que atacan a la mejor persona que ha existido y al líder de los hijos de Adam [Adán] en el Día de la Resurrección y nos preguntamos extrañados ¿Cómo es posible que sus ojos no vean la luz resplandeciente que despidió ¿Cómo es posible que sus mentes no perciban la evidencia de esa verdad Sin embargo, cuando analizamos con detalle la situación de esos desmentidores, calumniadores y maldicientes, la perplejidad y la sorpresa desaparecen, y la admiración y el asombro se desvanecen.
Se trata de personas, o bien envidiosos, o bien ignorantes.
En cuanto a los primeros, su problema no es la falta de conocimiento, pues éstos distinguen claramente la verdad, lo que ocurre es que voluntariamente escogen seguir a otro. Las causas de por qué niegan y contradicen son numerosas a unos les gusta la vida que llevan, otros buscan su propio interés, otros siguen sus caprichos, mientras que otros sienten celos y envidia hacia los demás.
Se trata de grupos desviados a quienes no les faltan pruebas ni argumentos. Sobre ellos Dice Al-lâh, Ensalzado, [traducción del significado] {Y a pesar de estar convencidos [de la verdad de los signos], los negaron injusta y arrogantemente. Observa, pues, cómo fue el final de los corruptores.}, [Corán 2714].
Este grupo engloba a los mayores delincuentes, a los cabecillas de la sedición y el desvío, y a los seguidores de Iblís (Satanás), el maldecido. Este tipo de personas han estado presentes en todas las épocas, conviviendo con los profetas, y con las personas sinceras y justas. Son los enemigos del bien allá donde estén, predicadores de la corrupción y la indecencia en cualquier tiempo y lugar. Éstos, aunque están en la trinchera del diablo, se presentan como líderes para las malas personas. Sus conciencias están muertas, su naturaleza innata es corrupta, sus corazones están ennegrecidos y su vista está cegada, ya que han escogido para sí mismos y para sus pueblos el camino del desvío y la seducción, y han rechazado de lleno cualquier guía que lleve al bien, poniendo todo su afán en luchar contra las personas justas y honradas.
Ejemplos de este grupo son Faraón, Hamán (ministro de Faraón) y Qârûn, así como también Abu Yahl, Ubai Ibn Jalaf, y Abu Lahab... Cosroes y César... y Huiai Ibn Ajtab y Ka‘ab Ibn Al Ashraf. Entre ellos los hubo que vistieron túnicas de reyes y sultanes, otros llevaban túnicas de rabinos y monjes, otros empuñaron la espada y combatieron, otros cogieron la pluma y blasfemaron. Su religión podía ser la judía, la cristiana, algunos de ellos eran idólatras y otros mayus (adoradores del fuego)... también había ateos que negaban la divinidad, e incluso los hubo que, haciéndose pasar por musulmanes, eran hipócritas, como por ejemplo el caso de Abdul-lâh Ibn Ubai Ibn Salûl.
Se trata de una facción enormemente peligrosa y como musulmanes tenemos la obligación de descubrir sus patrañas, y de sacar a la luz sus planes y conspiraciones, así como de advertir a todo el mundo de su maldad y perversión.
Sin embargo, a pesar de que se trate de un grupo realmente peligroso, gracias a Al-lâh es poco numeroso. Representan un porcentaje mínimo en el censo de las personas que rechazan la religión y blasfeman contra los profetas y las personas justas. Se podría decir que sólo son gotas en un amplio mar.
¿Qué representan Faraón, Hamán (ministro de Faraón) y Qârûn en comparación con el pueblo egipcio y ¿qué representan Abu Yahl y Abu Ibn Jalaf y Abu Lahab comparados con el pueblo de La Meca ¿Quién es Cosroes si contamos los habitantes de Irak, Persia y las tierras circundantes ¿Quién es Hércules comparado con los cristianos del Levante Mediterráneo (Sham), Anatolia y Europa
Esta facción que lucha contra la religión intencionadamente y con anhelo, que carga contra la virtud y la moralidad deliberadamente y con conocimiento, y que asalta el honor de las personas justas sintiendo placer y gusto al hacerlo, en realidad son una minoría dentro del conjunto de personas que blasfeman contra la religión, la atacan y obstaculizan el acceso a ella.
Pero si este grupo es tan minoritario, entonces, ¿quiénes son la gran mayoría de los incrédulos y detractores
Ellos son la otra facción, aquellos que siguen a los líderes de la incredulidad y el desvío. Son la gente común, aquellos que no conocen la religión por sus verdaderas fuentes, sino que se la han presentado como si fuera un conjunto de innovaciones censurables, de tradiciones anticuadas, y de ideas desviadas, de modo que han sido conducidos como una manada detrás de los demonios (o sea diablos), y han avanzado siguiendo sus directrices hacia su propio abismo, mientras creían haber obrado el bien.
Este grupo está formado por los ignorantes, los que no tienen conocimiento, y también por la gente sencilla que necesita que se le expliquen y se le aclaren los asuntos, e incluso se incluye en este grupo la gente sensata que necesita pruebas y argumentos.
Estas personas simplemente necesitan conocimiento. Ellos no atacan al Islam porque lo desean, ni insultan porque les gusta, ni embisten contra el Islam o blasfeman contra el Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, por convencimiento y empeño.
¡Son la gente común y sencilla!
¡Estamos hablando de la gran masa del pueblo!
¡La gente común!
¡Revisad la historia y reflexionad sobre los acontecimientos!
¿El pueblo persa luchó contra el Islam ¿o eso sucedió porque Cosroes lo decidió y fue apoyado por una élite que le rodeaba y que tenía intereses, entre ellos ministros, emires y representantes de la religión, además de un grupo de soldados forzados El pueblo persa permaneció durante años y siglos creyendo que su dios era el fuego, y que su gobernador Cosroes procedía de una dinastía sagrada y pura, y que la verdadera religión era la religión de Mazdak[5] y sus seguidores.
Más tarde, pasó el tiempo, y el mensaje claro y puro del Islam llegó hasta aquellas tierras, y a aquellos pobres descuidados se les quitó el velo que tenían ante sus ojos, y fue eliminado de sus oídos los impedimentos auditivos que sus líderes y dirigentes habían puesto y también las causas de su desvío. Así, pasados tan sólo unos días, la gran masa del pueblo, la gente común se dio cuenta de que había estado andando a tientas, y vieron con sus ojos, sus mentes y sus corazones la magnificencia de la legislación islámica y su belleza, y estudiaron de cerca la sublime moral del Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, sus sabios dichos y posturas, de modo que escogieron el Islam por propia voluntad y deseo, y no porque fueran obligados a cambiar de religión.
Los musulmanes no necesitamos coaccionar a nadie para que se convierta al Islam, ni forzar a nadie a adoptar nuestra doctrina, es más, se nos ha prescrito que no lo hagamos. Al-lâh, Ensalzado, Dice [traducción del significado] {No está permitido forzar a nadie a creer. La guía se ha diferenciado del desvío}, [Corán 2256].
Para el pueblo persa se hizo clara la diferencia entre la guía y el desvío. Percibieron la verdad y la distinguieron de la falsedad con total evidencia. Así, la mayoría de la gente escogió el camino de la naturaleza innata que Al-lâh, Ensalzado, ha instalado en los corazones de sus siervos. Dice Al-lâh (lo que se interpreta en español como) {es la inclinación natural (naturaleza innata) con la que Al-lâh creó a los hombres}, [Corán 3030]. La mayor parte del pueblo persa abrazó el Islam, sólo permanecieron en la incredulidad, la refutación y la resistencia los cabecillas de la incredulidad y los líderes del desvío.
Lo que acabamos de decir sobre el pueblo persa se puede aplicar también a los pueblos del Levante Mediterráneo (El Sham), Egipto y el norte de África, incluso a los cristianos de Al Ándalus, Anatolia y Europa del Este, a los pueblos del este y el oeste de África, Indonesia, las tierras malayas, la India y otras.
¡Ciertamente, el argumento de Al-lâh es trascendental, y su religión victoriosa!
¡No mediante la espada o las armas, sino mediante evidencias y pruebas!
Sólo basta con exponer el mensaje del Islam, y explicar las condiciones, la moral y el carácter del sublime Profeta, sal-lal-láhu ‘alaihi wa sal-lam, el mensajero de Al-lâh, para tener un instrumento de guía para la mayoría de la gente.
A partir de aquí entendemos lo que ha dicho nuestro Señor, Glorificado Sea, en su Libro, cuando delimitó con claridad la función y misión de los profetas [traducción del significado]
- {Pero los Mensajeros sólo tienen la obligación de transmitir el Mensaje con claridad}, [Corán 1635].
- {Y por cierto que Nuestro Mensajero sólo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad}, [Corán 2454].
- {Y si os rehusáis, sabed que Nuestro Mensajero sólo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad.}, [Corán 592].
En el Corán tenemos muchos más ejemplos en este sentido, pero llevaría mucho tiempo recopilarlos aquí.
La pregunta acuciante es ¿Qué ocurre cuando los musulmanes no cumplen con su misión de transmitir el mensaje, aclarar su legislación y explicar la moral de su Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam
Esta carencia incita a los líderes que tienen ideas malvadas, y a los cabecillas de la desviación y la seducción, a que ellos mismos expliquen el Islam desde su punto de vista y a que confundan a la gente en su religión.
Ciertamente, la gente necesita un líder y un guía, entonces, ¿qué sucede si los creyentes se desentienden de su papel de dar a conocer nuestra religión, nuestro Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, nuestra moral y nuestros valores a la gente
El Mensajero de Al-lâh, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, dijo Ciertamente, Al-lâh no Retira el conocimiento de una vez de los corazones de los hombres, sino que lo Retira haciendo que cada vez haya menos sabios, hasta que cuando ya no queda ninguno, la gente toma a ignorantes como sus líderes que, cuando se les pregunta, dan un veredicto sin conocimiento, de modo que se desvían y hacen que los demás también se desvíen. [6]
De aquí aprendemos el famoso, maravilloso y acertado dicho que pronunció el excelente Compañero del Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, Riba‘i Ibn ‘Amer[7], para explicar el papel de los musulmanes en la tierra, y su misión en la vida. Dijo resumiendo sabiamente Al-lâh nos Ha enviado para que saquemos a quien Él quiere de la adoración a los siervos a la adoración a Al-lâh, de la estrechez de la vida mundanal a su amplitud, y de la injusticia de las religiones a la justicia del Islam [8].
Esa es la sublime misión que los musulmanes deben tener siempre en mente, porque muchos de los que luchan contra nosotros no nos conocen, y la mayoría de los que nos odian no tienen acceso a la realidad de nuestro asunto.
Necesitamos destacar los ámbitos que reflejan sublimidad y perfección en nuestra religión y en la vida de nuestro Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam. Necesitamos ser nosotros los que hablemos sobre nosotros mismos, necesitamos que sean nuestras plumas las que expliquen cuál es nuestra moral, y que sean nuestras lenguas las que hablen de nuestro Mensajero, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam.
He visitado numerosas grandes bibliotecas en Europa y América para buscar libros en lengua inglesa que hablaran sobre el Islam o sobre nuestro Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam. Encontré, no decenas, sino cientos de libros, pero por desgracia vi que la mayoría de éstos están escritos por autores no musulmanes. Encontré que una minoría escribió con equidad y defendió al Islam, pues la mayoría de ellos fueron injustos, negaron, refutaron e inventaron.
¿Dónde están los musulmanes
¿Es que no es un sublime ámbito de Yihad (luchar por la causa de Al-lâh) el hecho de escribir sobre la religión del Islam y sobre su Mensajero, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, para explicar la belleza, la perfección y la grandeza para todos los siervos de Al-lâh
¿No debemos cubrir este ámbito en todos sus aspectos y con todos los detalles ¿No debemos llegar a los pueblos necesitados, que están cegados por la ignorancia, y cuyos corazones están cubiertos por el desvío, de modo que no pueden sentir la sublimidad del Islam y su moral y legislación
¿No deben traducirse todas estas virtudes a todas las lenguas conocidas del mundo, y a las menos expandidas, para que así se establezca la prueba irrefutable de Al-lâh sobre sus criaturas
Al-lâh, Ensalzado, Dice [traducción del significado] {Todos los Mensajeros que enviamos hablaban el idioma de su pueblo para transmitirles claramente el Mensaje}, [Corán 144].
¿No sentimos vergüenza viendo a “la gente común” viviendo sus vidas con el único propósito de comer, beber, y disfrutar, mientras que están completamente descuidados de la adoración a su Señor
¿Es que Al-lah no nos va a pedir cuentas por los millones de personas que han renunciado al Islam, y han odiado a nuestro Mensajero, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, porque sólo han oído hablar de ellos a través de los medios de comunicación judíos y sus compinches, y sólo han leído libros escritos por escritores parciales y ateos
Es una misión considerable y una gran responsabilidad.
El mundo necesita la perfección de nuestra legislación, y carece del liderazgo de nuestro Mensajero, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam. La misión de hacer llegar el mensaje no es sencilla, porque los enemigos están al acecho, y Satanás no descansa... La batalla está ahora en su punto álgido, y sin embargo tenemos en nuestra mente el dicho de Al-lâh que reafirma nuestros corazones y consolida nuestros pies [traducción del significado] {Y todos los asuntos son como Al-lâh lo Dispone [Es Invencible en Su mandato], pero la mayoría de los hombres lo ignoran}, [Corán 1221].
Tenemos en nuestras manos este libro -pido a Al-lâh que Haga que sea una obra sincera con la que busco la Faz de Al-lâh- a través del cual vamos a abrir una de las brillantes páginas de nuestra religión, y de la vida de nuestro noble Mensajero, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, en la que describiremos cómo trataba nuestro sublime Profeta y nuestro noble Mensajero, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, a los no musulmanes.
Se trata de una página blanca y pura, no creo que ni los filósofos, ni los teóricos, ni los pensadores pudieran ni siquiera imaginar en sueños, que pudiera llegar a ser real y viva entre la gente, hasta el punto de que Platón[9] en su obra La República, Al Farabi[10] en su obra El Gobierno de la ciudad, y Thomas More[11] en su obra La Utopía no alcanzan ni soñando, ni a través de la teoría ni siquiera la centésima parte de lo que consiguió nuestro Mensajero, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, en su vida real.
Me gustaría advertir al lector, sin embargo, que en este libro voy a analizar el trato que tenía el Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, con los no musulmanes que eran pacíficos y tenían un pacto con él, pero no hablaré de los no musulmanes hostiles, ni de los prisioneros, y ello porque estos últimos no son individuos de la sociedad islámica. Si Al-lâh Quiere, les dedicaré un libro más adelante.
Espero que los musulmanes se percaten del valor de este libro por los tesoros que revela, de modo que los estudien y los pongan en práctica, y luego los transmitan a todo el mundo para que así consigan ser felices y hacer feliz a toda la humanidad, y para que sean un medio para que la gente siga la guía hacia el Señor de los mundos.
[1] [Ibn Magah 43] [Ahmad 17182] [Al Hakim 331] [Al Albani Sahih (auténtico)]
[2] [Al Hakam (4221)]; [Al Baihaqí (20571)]; [Al Abani As-Silsilah As-Sahihah (45)].
[3] Se trata de la Madre de los Creyentes ‘A’isha Bint Al Siddíq, la esposa del Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam, en la vida mundanal y en la Otra vida. Era la esposa más amada por él y la más cercana a su corazón, y era uno de los compañeros más sabios. Murió en el año 58 de la Hégira. Ver Ibn Hayar Al Isabah, biografía número 11449. Ibn Al Azir, Asad Al Ghabah (León del bosque) 1916.
[4] [Ahmad (25341)], [Shu‘aib Al Arnaut Sahih (auténtico)], [Al Bujari Al Adab Al Mufrad (308)], [Al Albani Sahih Al Yâmi‘ (4811)].
[5] Mazdak Famoso filósofo persa. Apareció en la época de Cosroes Qabadh, el padre de Anusharuan (Cosroes I). Mazdak le llamó a Qabadh a seguir su doctrina y él lo obedeció. Luego Anusharuan descubrió su calumnia, de modo que lo hizo venir y lo mató. Había declarado que todas las mujeres eran lícitas y también todo el dinero y que la gente podía compartirlos entre ella.
[6] [Al Bujari (100)], [Muslim (2673)].
[7]Riba‘i Ibn ‘Amer excelente compañero del Profeta, sal-lal-lâhu ‘alaihi wa sal-lam. Presenció la conquista de Persia. Sa‘ad Ibn Abi Waqâs le envió como mensajero a Rostom y le dio el gobierno de Al Ahnaf por haber conquistado Jurasân y Tajaristân. Ver Ibn Hayar, Al Isabah, biografía nº 2567.
[8] [Ibn Kazir Al Bidayah wa Al Nihayah 437].
[9] Platón (427-347 a.C.) Filósofo y maestro de la antigua Grecia. Se cuenta como uno de los pensadores más importantes en la historia de la cultura accidental, hasta el punto de que se considera que la filosofía occidental consiste simplemente en una serie de notas al pie en comparación con Platón. La palabra Platón es un apodo que significa el de los hombros anchos, su verdadero nombre era Aristocles. Su obra más famosa es La República.
[10] Al Farabi Abu Nasr Muhammad Al Farabi (260-339 de la Hégira) Filosofo experto en las ciencias filosóficas, se destacó en la matemática y la medicina aunque no la practicó. Atribuido a Farab, que es parte de lo que hoy se conoce como Turkestán. Su obra más famosa es El Gobierno de la Ciudad.
[11] Thomas More Teólogo, filósofo y político inglés. Se hizo famoso por su libro La utopía. Nació en el año 1478 d.C. y murió el año 1535 d.C.
Comentários
Envie o seu comentário